Nací en Buenos Aires en 1984. Viví los primeros veinticinco años de mi vida en La Paternal, donde también fui a la escuela primaria. Tuve una infancia normal, dentro de los límites del departamento de dos ambientes que compartí con mi hermana, mi madre y mi padre.

En la primaria fui gracioso, líder y protagonista. Con la secundaria entré en un período de reclusión y aislamiento: el sobrepeso, tres lesiones en las rodillas y una temprana intuición de clase (que no llegaba a consciencia) redirigieron mi vitalidad al ámbito de la cultura y el pensamiento. 

Me recibí de Maestro Mayor de Obras por pereza, por no cambiarme de escuela. Después me anoté en el Ciclo Básico Común de Diseño de Imagen y Sonido pero a último momento cambié al de Comunicación Social. Cursé dos años de la carrera, fui intervenido para siempre por la semiótica, dejé la UBA y, como mis padres, me recibí de Periodista.

En 2019 renuncié al trabajo que más me había durado. 

En 2020 publiqué el poemario Monoimi (AñosLuz Editora). 

En 2022 retomé mi actividad en la industria de la televisión, esta vez desde otro lugar: el de la Comunicación y la Autogestión de clientes. 

A fines de 2023 inicié el ciclo En pausa: una serie de columnas quincenales que publiqué durante un año en Revista Polvo (y que espero alguna vez convertir en libro).

Actualmente vivo en el barrio porteño de Balvanera con (la fotógrafa) Romina Guarda, con quien convivo desde 2014. Escribo la serie Operación rural en colaboración con Juan Rocchi, comparto el ciclo de conversaciones Big crunch con Danilo Gatti y, cada tanto, escribo sobre cine, series, discos, libros y el nonsense de existir.